CIENCIA Y TECNOLOGIA
Este campo, poco investigado en el país, es una valiosa herramienta para la justicia en el esclarecimiento de delitos relacionados con drogas, entre otros aspectos. Con el fin de aprovechar la cocaína, un estudio desarrolló una novedosa metodología para obtener un material de referencia de esta sustancia, lo cual ayudaría a estudiar mejor el estupefaciente, entrenar personal en su identificación y calibrar equipos para esta misma tarea, entre otros usos.
Por muchos años Colombia ha tenido el título de “mayor productor de cocaína del mundo”, pues según un informe global presentado por la Oficina de las Naciones Unidas en 2023, entre 2020 y 2021 el país estuvo en los primeros lugares en el crecimiento del cultivo mundial de coca (35 %), con más de 204.000 hectáreas distribuidas en los departamentos de Amazonas, Antioquia, Bolívar, Caquetá y Nariño, entre otros.
Por otro lado, cifras de 2022 de la Secretaría de Salud de Bogotá y de la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNOCD) mostraban que en la capital la cocaína era la segunda droga de mayor consumo, con 7.295 personas encuestadas que reportaron abuso o dependencia a esta sustancia. Estas cifras simbolizan un reto para las autoridades y entes de control, quienes buscan identificar y caracterizar este tipo de compuestos, los cuales suelen estar adulterados con otras sustancias.
En vista de esta problemática, y teniendo en cuenta lo señalado antes, la investigadora Natalie Álvarez Alarcón, magíster en Química de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL), diseñó una metodología que permite obtener materiales de referencia in-house –o de uso “interno”– de cocaína en el país, que en palabras más sencillas es una muestra de cocaína caracterizada cuantitativa y cualitativamente para usarla como referencia en diferentes pruebas de laboratorio.
La experta señala que “los laboratorios forenses del país trabajan con materiales de referencia importados, los cuales se destacan por sus altos valores de pureza”. En su investigación utilizó una muestra de cocaína base con una pureza inicial de alrededor del 80 %. A partir de ahí, uno de los grandes retos fue aumentar este porcentaje con el fin de poder candidatizarla como material de referencia in-house.
Es importante destacar que hasta ahora en Colombia no se había adelantado ninguna investigación similar con esta sustancia, de ahí que este trabajo es pionero y sube un primer escalón en este desarrollo.
“Su fabricación abre un mundo de posibilidades, pues estos materiales son costosos: 100 miligramos pueden costar más de 3 millones de pesos colombianos y su llegada puede tardar hasta 6 meses, lo cual se traduce en un retraso del trabajo en los laboratorios. Por ello es importante que podamos diseñarlo en Colombia, aprovechando el conocimiento, las habilidades que tenemos y el material incautado, el cual es destruido y no se aprovecha para el desarrollo y la experimentación con técnicas de laboratorio”, indica la investigadora Álvarez.
Como se mencionó, uno de los objetivos del trabajo es aumentar la pureza, para lo cual se emplearon dos metodologías: la cromatografía en columna, una técnica clásica de purificación mediante la cual se busca separar físicamente el analito, componente de interés analítico que está en continua interacción con diferentes sustancias. Con este método se aumentó la pureza hasta un 96 %, un valor muy cercano al material que se importa, que tiene cerca del 99 %.
La segunda metodología consistió en utilizar técnicas ambientalmente amigables, también conocidas como “técnicas verdes”, según los principios de la química verde y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Para esto se planteó una estrategia secuencial entre la extracción de fluidos supercríticos y la extracción con líquidos presurizados.
“Gracias a esta secuencia se logró un 87 % de pureza, que aunque es menor al valor obtenido con la técnica clásica es un resultado prometedor, pues en la literatura no hay otros trabajos que realicen este procedimiento de manera similar, así que es un punto de partida para futuros proyectos y para la investigación en el campo de los materiales de referencia de drogas de abuso”, explica la experta Álvarez.
En su investigación contó con el apoyo y la guía de los profesores William Fernando Garzón Méndez, del Laboratorio de Química de la Fiscalía General de la Nación; Sandra Esperanza Melo Martínez, del Departamento de Agronomía de la UNAL, y Fabián Parada Alfonso, del Departamento de Química de la UNAL.
Se espera que este material pueda estar certificado en el futuro y que el impacto de este trabajo logre posibles convenios con instituciones forenses internacionales.
UNAL.