Desarrollo Rural
El análisis nutricional de estos alimentos básicos de la canasta familiar halló que cuando estos se producen sin agroquímicos, con abonos orgánicos y haciendo buen uso del agua –como en las fincas agroecológicas–, su calidad es superior frente a los productos provenientes de la agricultura convencional y de la producción comercial.
Una de las principales características de la agroecología es que dentro de una misma localidad se pueden encontrar productores agroecológicos, mercados y consumidores, lo que, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), “facilita una mejor calidad de vida para los campesinos y una amplia oferta de alimentos producidos localmente, además evita largos recorridos para que las personas puedan acceder a la diversidad gastronómica, promoviendo una dieta balanceada y la erradicación tanto del hambre como de la desnutrición mundial”.
De otra parte, la agricultura convencional o moderna, originada a mediados del siglo XX para responder a la demanda de alimentos ante el crecimiento de la población mundial, se caracteriza por los monocultivos, el uso intensivo de maquinaria y agroquímicos, semillas mejoradas y técnicas de riego que agotan el suelo e impactan los recursos hídricos locales. Opera a nivel local, y la mayoría de los agricultores no están formalmente constituidos como organizaciones empresariales.
Del mismo modo, la producción comercial de alimentos, además de recurrir a semillas mejoradas genéticamente, fertilizantes químicos, pesticidas, insumos tecnológicos y maquinaria pesada, es gestionada por empresas que distribuyen productos a gran escala en diferentes ciudades, especialmente en grandes superficies y supermercados de cadena.
Cristian Parra González, magíster en Ingeniería Agroindustrial de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira, identificó las diferencias nutricionales entre 3 productos: uno agroecológico, uno convencional y uno comercial; su aporte proporciona evidencia sobre las ventajas nutricionales de los productos agroecológicos que se producen en el Valle del Cauca.
Su inquietud por el tema surgió siendo investigador en el Instituto de Estudios Ambientales (IDEA) de la UNAL Sede Palmira, que lo llevó a adaptar su orientación agroindustrial hacia la agroecología. “Queríamos explorar cómo la agroindustria podría apoyar la producción agroecológica manteniendo la calidad nutricional de los alimentos", afirma.
El estudio que soporta este trabajo de maestría se realizó conjuntamente con la Red de Mercados Agroecológicos Campesinos del Valle del Cauca (Redmac); para ello se seleccionaron 11 fincas –entre 154 candidatas– en municipios como Buga, Cali, Dagua, Pradera y Andalucía.
Las visitas de campo brindaron información detallada sobre las áreas cultivadas y las prácticas agrícolas de cada finca. Además, con la metodología de Investigación Acción Participativa (IAP), que involucró a los agricultores en todas las etapas del proyecto, se determinó cuáles son los alimentos más demandados en la dieta diaria: huevo, pollo y plátano.
Para la evaluación nutricional, el magíster analizó y comparó factores como contenidos de humedad, proteína, grasas, cenizas y minerales (como fósforo y potasio) en huevos y pechugas de pollo de sistemas agroecológicos, convencionales y comerciales. Así mismo, en plátano se evalúo humedad, cenizas, fósforo, potasio, calcio y magnesio de estos tres orígenes.
También empleó dos técnicas estadísticas: un análisis de varianza (Anova) que se utiliza para comparar la media de tres o más grupos y determinar si existen diferencias; y un análisis de varianza multivariante (Manova) avanzada, que permite examinar simultáneamente múltiples variables para poder entender las complejas relaciones que se dan entre ellas, la validación de supuestos y las pruebas de comparaciones múltiples, utilizando el software R-Studio.
Con las pruebas de laboratorio, adelantadas en el Instituto de Ciencia y Tecnología de Alimentos (ICTA) de la UNAL Sede Bogotá, identificó las diferencias nutricionales. Por ejemplo, evidenció que los productos agroecológicos mostraron humedad más baja que los convencionales y comerciales, lo que indica que tienen mayor concentración de nutrientes por unidad de peso, en términos proporcionales. En otras palabras, “hay más proteínas, vitaminas y minerales”, anota el investigador.
En cuanto a las pechugas de pollo, las agroecológicas exhibieron más proteínas y cenizas, las cuales indican los residuos minerales de la combustión completa de la muestra, que incluyen calcio, fósforo, magnesio y potasio, esenciales para la salud ósea, muscular y general del organismo humano.
De igual manera, los plátanos agroecológicos también mostraron un contenido significativamente mayor de cenizas y calcio.
Aunque el alcance geográfico del estudio se limitó al Valle del Cauca y a estos tres productos, los resultados son relevantes para la agroindustria colombiana, ya que destacan la necesidad de preservar y resaltar los perfiles nutricionales beneficiosos de los alimentos producidos en sistemas agroecológicos, y la importancia de consolidar una economía que favorezca a los productores locales.
El hallazgo concuerda con los resultados de investigaciones similares en otros países, como por ejemplo que las manzanas agroecológicas tienen mayor contenido de antioxidantes que las producidas por la agricultura convencional para su comercialización en masa.