En un informe divulgado este jueves, Oxfam afirma que la pandemia es "la gota que colma el vaso" para millones de personas que ya afrontan dificultades por el impacto de "conflictos, cambio climático, desigualdad y un sistema alimentario roto" y que ha empobrecido a millones de productores y trabajadores del sector alimentario.
En el documento 'El virus del hambre: cómo la covid-19 está alimentando el hambre en un mundo hambriento', la organización resalta que, en cambio, quienes ocupan posiciones de poder siguen obteniendo beneficios, pese a la crisis.
Indica, en ese sentido, que ocho de las mayores compañías del mundo de alimentos y bebidas asignaron más de 18.000 millones de dólares a sus accionistas desde el pasado enero, a pesar de la propagación del coronavirus. Esa cifra es "diez veces mayor" que la cantidad solicitada por la ONU en su llamamiento humanitario a los gobiernos para ayudar a los sectores de la población más vulnerables, entre ellos mujeres, trabajadores inmigrantes y desplazados durante la pandemia.
LLAMAMIENTO A LA COMUNIDAD INTERNACIONAL
Oxfam cree que la comunidad internacional ha de actuar para contener la propagación de la enfermedad, al tiempo que adopta "medidas urgentes con las que poner fin a esta crisis de hambruna y se construyen sistemas alimentarios más justos, más fuertes y más sostenibles".
En este sentido, le conmina a "coordinar medidas" en la cumbre sobre seguridad alimentaria prevista en Roma para el próximo octubre. En el texto se documentan casos concretos que reflejan cómo la covid-19 "ha añadido combustible al fuego de una ya creciente crisis de hambruna".
En 2019, recuerda, 821 millones de personas padecían lo que se conoce como "inseguridad alimentaria", de las que aproximadamente 149 millones sufrieron una crisis de hambruna o algo peor.
Ahora, el coronavirus se suma a los impactos derivados de conflictos, creciente desigualdad y una escalada en la crisis climática para "sacudir al ya quebrado sistema global de alimentación", dejando a más millones de personas al borde de la inanición.
El documento recoge datos del Programa Mundial de Alimentos que alertan de que el número de personas que experimentan "hambruna a un nivel de crisis" crecerá hasta los 270 millones antes de que termine el año como resultado de la pandemia, un 2,82% más que en 2019. Eso implica que entre 6.000 y 12.000 personas podrían fallecer al día por hambre, combinado con los impactos sociales y económicos de la pandemia antes de finales de año, y quizás más personas morirán cada día por la enfermedad.
EMPEORA LA SITUACIÓN EN PAÍSES CON HAMBRUNA EXTREMA
El informe enumera los diez enclaves del mundo donde existe hambruna extrema y donde la crisis alimentaria está empeorando a causa de la pandemia: el Yemen, República Democrática del Congo, Afganistán, Venezuela, Sahel africano occidental, Etiopía, Sudán, Sudán del Sur, Siria y Haití. Todos esos países y regiones juntos reúnen al 65 % de personas a nivel global que afrontan "hambruna a un nivel de crisis".
Según el estudio, hay otros nuevos focos de hambruna emergentes en países de ingresos medios como la India, Sudáfrica y Brasil, que experimentan niveles en aumento de hambre después de que millones de personas que se hayan visto desbordadas por la pandemia.
Además, Oxfam asegura que tampoco los países más ricos del mundo son inmunes al problema y recuerda que 7,7 millones de adultos en el Reino Unido redujeron sus porciones de alimentos o se saltaron comidas durante el confinamiento y unos 3,7 millones recurrieron a organizaciones benéficas o bancos de comida.
Denuncia un sistema alimentario que ha "atrapado" a millones en la hambruna en un planeta que produce alimentos más que suficientes para todos. A fin de salvar vidas ahora y en el futuro, la organización pide, en concreto, a los gobiernos que sufraguen en su totalidad el llamamiento humanitario de la ONU, que construyan sistemas de alimentación "más justos, más resilientes y más sostenibles" y que se promueva la participación y liderazgo de las mujeres en la toma de decisiones para acabar con el sistema alimentario "roto".
Asimismo, Oxfam considera que la comunidad internacional debe cancelar la deuda para que los países con ingresos menores implementen medidas de protección social y respalde el llamamiento a los involucrados en conflictos para que haya un alto el fuego global. También quiere que los gobiernos tomen medidas urgentes para atajar los efectos del cambio climático, como recortar las emisiones, mantener el aumento de la temperatura global por debajo de 1,5 grados y ayudar a los pequeños productores a adaptarse.
LLAMAMIENTO A LA COMUNIDAD INTERNACIONAL
Oxfam cree que la comunidad internacional ha de actuar para contener la propagación de la enfermedad, al tiempo que adopta "medidas urgentes con las que poner fin a esta crisis de hambruna y se construyen sistemas alimentarios más justos, más fuertes y más sostenibles".
En este sentido, le conmina a "coordinar medidas" en la cumbre sobre seguridad alimentaria prevista en Roma para el próximo octubre. En el texto se documentan casos concretos que reflejan cómo la covid-19 "ha añadido combustible al fuego de una ya creciente crisis de hambruna".
En 2019, recuerda, 821 millones de personas padecían lo que se conoce como "inseguridad alimentaria", de las que aproximadamente 149 millones sufrieron una crisis de hambruna o algo peor.
Ahora, el coronavirus se suma a los impactos derivados de conflictos, creciente desigualdad y una escalada en la crisis climática para "sacudir al ya quebrado sistema global de alimentación", dejando a más millones de personas al borde de la inanición.
El documento recoge datos del Programa Mundial de Alimentos que alertan de que el número de personas que experimentan "hambruna a un nivel de crisis" crecerá hasta los 270 millones antes de que termine el año como resultado de la pandemia, un 2,82% más que en 2019. Eso implica que entre 6.000 y 12.000 personas podrían fallecer al día por hambre, combinado con los impactos sociales y económicos de la pandemia antes de finales de año, y quizás más personas morirán cada día por la enfermedad.
EMPEORA LA SITUACIÓN EN PAÍSES CON HAMBRUNA EXTREMA
El informe enumera los diez enclaves del mundo donde existe hambruna extrema y donde la crisis alimentaria está empeorando a causa de la pandemia: el Yemen, República Democrática del Congo, Afganistán, Venezuela, Sahel africano occidental, Etiopía, Sudán, Sudán del Sur, Siria y Haití. Todos esos países y regiones juntos reúnen al 65 % de personas a nivel global que afrontan "hambruna a un nivel de crisis".
Según el estudio, hay otros nuevos focos de hambruna emergentes en países de ingresos medios como la India, Sudáfrica y Brasil, que experimentan niveles en aumento de hambre después de que millones de personas que se hayan visto desbordadas por la pandemia.
Además, Oxfam asegura que tampoco los países más ricos del mundo son inmunes al problema y recuerda que 7,7 millones de adultos en el Reino Unido redujeron sus porciones de alimentos o se saltaron comidas durante el confinamiento y unos 3,7 millones recurrieron a organizaciones benéficas o bancos de comida.
Denuncia un sistema alimentario que ha "atrapado" a millones en la hambruna en un planeta que produce alimentos más que suficientes para todos. A fin de salvar vidas ahora y en el futuro, la organización pide, en concreto, a los gobiernos que sufraguen en su totalidad el llamamiento humanitario de la ONU, que construyan sistemas de alimentación "más justos, más resilientes y más sostenibles" y que se promueva la participación y liderazgo de las mujeres en la toma de decisiones para acabar con el sistema alimentario "roto".
Asimismo, Oxfam considera que la comunidad internacional debe cancelar la deuda para que los países con ingresos menores implementen medidas de protección social y respalde el llamamiento a los involucrados en conflictos para que haya un alto el fuego global. También quiere que los gobiernos tomen medidas urgentes para atajar los efectos del cambio climático, como recortar las emisiones, mantener el aumento de la temperatura global por debajo de 1,5 grados y ayudar a los pequeños productores a adaptarse.