
En el caso de Venezuela, el informe sostiene que el Eln hoy tiene presencia en 12 de los 24 estados del país. En particular en: Anzoátegui, Amazonas, Apure, Bolívar, Zulia y Táchira.
"La presencia del Eln se ha expandido más allá de su base histórica en la zona de frontera con Colombia", dice el reporte tras indicar que su rol es cada vez más grande en toda una serie de actividades.
Entre ellas, la distribución de comida subsidiada por el régimen, el contrabando de gasolina, carne, comida, extorsión y minería ilegal. Además, se mencionan actividades de propaganda para el reclutamiento a través de la usurpación de cadenas de radio.
El Departamento de Estado afirma, a su vez, que está preocupado por reportes de colaboración esporádica con la disidencia de las Farc, que también se encuentra en el país gracias a una invitación expresa del régimen de Maduro.
Estarían colaborando, dice el reporte, en narcotráfico, tráfico de oro, control de fronteras y el desplazamiento de comunidades indígenas, entre otras cosas.
Según el Departamento de Estado, "Maduro y sus socios usan las actividades criminales para mantenerse de manera ilegítima en el poder, y promueven un ambiente permisivo para conocidos grupos terroristas como el Eln las disidencias de las Farc y simpatizantes del Hezbolá. Los lazos financieros entre el Eln, las Farc y grupos paramilitares venezolanos facilitan la corrupción pública del régimen y que incluye a las Fuerzas Armadas".
En Colombia, añade el reporte, se está reportando un "resurgimiento" del Eln por su expansión a zonas del país que antes controlaba las Farc.
El informe menciona que, según el estado colombiano, el Eln tendría unos 3.000 miembros activos de los cuales 1.400 están en campamentos en el lado venezolano de la frontera.
Destaca que si bien unos 13.000 miembros de las Farc se han desmovilizado desde la firma del acuerdo de paz en 2016, se han presentado retos en su implementación y "vacíos de seguridad continuos", los cuales han elevado el riesgo de las actividades terroristas en el país y ataques a civiles, a fuerzas de seguridad y a la infraestructura.
Sobre las disidencias de las Farc, el reporte dice que siguen realizando ataques violentos cuyo objetivo principal es habilitar el narcotráfico y otras actividades criminales.
Y anota que a lo largo del año evaluado (2019), ambos grupos continuaron cometiendo actos de terrorismo en el país, entre ellos el uso de bombas, ataques contra la población civil y las fuerzas armadas.
En ese contexto, menciona el ataque del Eln contra una Escuela de Cadetes de la Policía en Bogotá en enero de 2019, en el que murieron 22 uniformados.