
Se pronostica que los ingresos del sector en Colombia aumentarán a US$ 791 millones para 2025 desde US$ 99 millones en 2020.
Las compañías de cannabis se apresuran a establecer operaciones
en Colombia, con el fin de posicionarse en una de las capitales de la droga más
específicas de América Latina, una medida que los
gobiernos de todo el mundo adoptan la floreciente industria legal de la
marihuana.
Los productores, muchos con respaldo financiero de empresas de Canadá y Estados Unidos, estiman que se han
invertido hasta US $ 500 millones para comprar tierras agrícolas, construir
invernaderos y establecer laboratorios para producir aceites, cremas y otros
productos que contienen cannabidiol, o CBD, un extracto utilizado para tratar una gran
variedad de afecciones, desde dolor crónico hasta insomnio. Hasta el
momento, nadie cultiva marihuana rica en THC, la sustancia
que eleva a los fumadores.
Adoptar la industria puede parecer sorprendente para un país que durante
mucho tiempo ha sido avergonzado por su estatus como el mayor
productor de cocaína del mundo. No obstante, con el mercado global del
cannabis estimado en más de US $ 50,000 millones para 2025, Colombia ha tratado de convertirse en
un centro de producción para las exportaciones a los países de todo el mundo que están
legalizando su uso. Las leyes nacionales permitieron pequeñas cantidades
de marihuana para consumo personal, sin embargo, el país no ha establecido
regulaciones definitivas para su uso medicinal.
"Cuando se menciona a Colombia, desafortunadamente, algunas
personas relacionan ese nombre con drogas ilegales", dijo Julián Wilches,
exdirector de políticas contra las drogas del Ministerio de Justicia y
cofundador de la compañía de cannabis medicinal Clever Leaves, que comenzó a
operar en 2016 "Aquí tenemos la oportunidad de tomar una sustancia
controlada y cambiar esa reputación, para llevar a la salud a las personas y
para el desarrollo de nuestro país".
Clever
Leaves produce cerca
de 24 toneladas métricas de cannabis seco al año, cultivadas en invernaderos en
una gigantesca granja ubicada en un valle a unos 2.500 metros (8.000 pies)
sobre el nivel del mar en los Andes. Con una expansión ya en marcha, la
granja podría producir alrededor de 324 toneladas métricas el próximo año, con
lo que se convertiría en uno de los productores más grandes del mundo.