Esta ciudad del estado de Oregón (noroeste) bastión de los demócratas ha sido escenario de continuas protestas contra el racismo y la brutalidad policial, a raíz de la muerte del afrodescendiente George Floyd.
Esas manifestaciones han chocado con tropas federales - que por semanas las dispersaron ferozmente con gases lacrimógenos y balas de goma- así como con milicias de extrema derecha como los Proud Boys.
Y esta elección en un ambiente tan polarizado ha disparado las alarmas por posible violencia, incluso letal, en las calles, sobre todo del centro, donde ya los comerciantes han protegido sus negocios con tablones de madera.
"Lo que más preocupa es la posibilidad de enfrentamientos armados entre grupos opuestos", que "podrían escalar a una situación peligrosa", dijo este lunes a la AFP la agente del FBI en Portland, Renn Cannon.
"Si se calientan los ánimos podríamos terminar con un acto trágico y desafortunado de violencia".
Ante la incertidumbre, varias ciudades, incluyendo Washington y Nueva York, blindaron comercios y oficinas para protegerse de eventuales disturbios.
Cannon recordó cómo un partidario de un grupo ultraderechista fue asesinado en agosto a tiros por un activista alineado con el movimiento izquierdista Antifa, que fue abatido por la policía días después.
La gobernadora de Oregón, Kate Brown, emitió por su parte una orden ejecutiva para que las fuerzas estadales asumieran el control de la policía de Portland, anulando una orden municipal que prohibía el uso de gas lacrimógeno. También puso en alerta a la Guardia Nacional.
"Esta es una elección como ninguna otra en nuestras vidas", señaló Brown, que advirtió sobre la presencia de supremacistas blancos.
Este fue uno de los temas que marcaron la campaña después de las multitudinarias movilizaciones en junio tras las muerte de un ciudadano negro a manos de un policía blanco. Para Trump, el mensaje se centró en repetir su mantra de "ley y orden" y acusar a su rival de ser "socialista", advirtiendo que bajo su mandato Estados Unidos podría convertirse en Cuba o Venezuela.
Aunque Oregón es un estado que sin dudas el demócrata Joe Biden se adjudicará en la carrera a la Casa Blanca, Portland se ha convertido en un centro de protestas de todas las ideologías, con militantes republicanos de zonas rurales vecinas enfrentado con los activistas de una ciudad históricamente de izquierda.
El FBI está "muy atento" ante cualquier amenaza que pueda "reducir la capacidad de las personas para ejercer sus derechos de la primera enmienda [libertad de expresión] o para ejercer el derecho al voto", dijo Cannon, que señaló que la oficina de esta agencia federal en Portland, con 250 agentes, ha dedicado recursos adicionales a combatir delitos electorales, como la supresión del voto, el fraude y las ciberamenazas extranjeras.
Ayuda el hecho que el electorado en Oregón vota mayoritariamente por correo, lo que de plano descartó largas filas en los centros de votación. Pero la gran preocupación está en lo que pueda pasar si el resultado de la elección no se conozca por días, quizás semanas.