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Luis Armando Tolosa fue el ponente del histórico fallo en el que, entre otras cosas, advirtió una violencia sistemática por parte del Esmad en las protestas ciudadanas. Abogado, filósofo y maestro, ha sido también el responsable de otras cruciales decisiones que han sido reconocidas a nivel internacional.
Este año, la Corte Suprema de Justicia ha generado terremotos sociopolíticos con dos de sus decisiones. La primera fue el 3 de agosto, cuando la Sala Especial de Instrucción resolvió la situación jurídica del expresidente Álvaro Uribe y ordenó su detención domiciliaria. La segunda, de la Sala Civil, fue el 22 de septiembre, y su impacto es tan contundente que puso al Gobierno, a los abogados, a los defensores de derechos humanos y a muchas personas más a hablar del fallo que ordenó al ministro de Defensa ofrecer disculpas por los excesos de la Policía en las movilizaciones del paro nacional de 2019 y advirtió una violencia sistemática del Esmad, sobre todo en las protestas.
El magistrado que elaboró la ponencia de esta última controversial decisión, que además apoyaron tres de sus colegas y rechazaron dos, se llama Luis Armando Tolosa Villabona. Abogado, por supuesto, pero también filósofo y maestro de la Universidad Santo Tomás, que llegó a la Sala Civil de la Corte luego de varios concursos de méritos que lo llevaron primero al Tribunal Superior de Riohacha y luego al de Tunja. En 171 páginas, Tolosa condensó no solo un juicioso estudio constitucional sobre la violación de derechos humanos por parte de la Fuerza Pública en protestas sociales, sino que se atrevió a poner sobre la mesa lo que pocos jueces han hecho: el papel de la Policía y el Esmad.
Lo hizo cauteloso, pues no era un tema fácil de plantear en la Sala, y advertía la respuesta del Ejecutivo ante los cuestionamientos a la Policía y el Esmad, que se convirtió en una especie de punto de honor: los excesos son casos aislados. Sin embargo, por su talante filosófico, humano y de educador, Tolosa siguió adelante y en su objetivo tuvo dos aliados claves: los magistrados Aroldo Quiroz Monsalvo y Francisco Ternera. El caso fue debatido en sala en 12 ocasiones. El tema lo ameritaba. No solo se hablaba de lo que nadie quería mencionar, sino que una de las órdenes que se plantearon es que quien debía pedir perdón por los excesos fuera el presidente Iván Duque y no el ministro Holmes.