
medida que en el país se van conociendo más cifras de casos de personas con coronavirus y los precios del petróleo siguen a la baja, las proyecciones desde el lado económico vienen cayendo de manera proporcional en los últimos días, según datos de centros de estudios y bancos, entre otros, que han reducido sus estimaciones del PIB de Colombia para este año.
Una de las cifras más recientes, hasta ahora la más baja, fue la anunciada por Goldman Sachs, que aunque indica que el país tendría una contracción de 2,5%, una diferencia de casi 6 puntos porcentuales a lo que antes esperaba (3,4%), sus datos dicen que Colombia sería uno de los menos afectados en la región junto a Perú, que también decrecería 2,5%.
De acuerdo con un informe del banco de inversión, citado por Bloomberg, esperan que en América Latina los bancos centrales reduzcan las tasas (como ya ocurrió en Colombia), pues “el objetivo primordial a corto plazo no es la ortodoxia fiscal, sino prevenir el colapso y la congelación profunda de la actividad económica”, dice el documento.
Similar al panorama anterior, el Institute of International Finance (IIF) en días pasados rebajó su previsión para Colombia pasándola de 3,3% a -0,4% para 2020.
En un escenario medio entre los que consideran que el país entrará en recesión y los que creen que no, está la proyección de Corficolombiana. La firma estima que la economía nacional ya no crecerá a ritmos de 3,1%, sino que caerá hacía el 0%, con un sesgo a la baja.
Sin embargo, en su informe agrega que “la materialización de este sesgo dependerá de la respuesta de la política económica y de la evolución de los riesgos externos”.
Además, indica que “asumiendo que el país logra aplanar la curva de contagios en la segunda mitad de abril (la cuarentena nacional termina el 12 de ese mes), esperamos una contracción económica en el primer semestre del año y un rebote en el segundo”, razón por la que bajó su proyección del PIB.
Corficolombiana también detalla en su documento que “los sectores más afectados como restaurantes y hoteles, transporte, entretenimiento y comercio, representan el 20% del PIB, y generan el 42% del empleo”. Entre otros puntos, menciona que se deben buscar mecanismos adicionales para que las empresas más vulnerables dispongan de recursos para el pago de nóminas y gastos corrientes mientras dura la cuarentena.
De otro lado, la calificadora de riesgo, Standard and Poor’s, revisó este jueves su pronóstico del crecimiento económico nacional pasándolo de 3,2% a 0,7%. A lo anterior, añadió que “una respuesta política oportuna y adecuada por parte de las autoridades colombianas podría facilitar un ajuste macroeconómico para limitar el impacto negativo de los choques externos”.
Cabe decir que, además, la firma cambió la perspectiva del país, pasándola de estable a negativa por mayores riesgos de liquidez externa, deuda y crecimiento.
En un escenario más optimista, Fedesarrollo estimó que la economía colombiana podría crecer al ritmo de 1,2% y no al 3,5% como lo estimaba tiempo atrás.
Previo a entrar en detalles que menciona el informe del centro de estudios, cabe decir que debido a que el choque que está enfrentando la economía por el coronavirus es algo nuevo y lleno de incertidumbre, muchas firmas han hecho varias proyecciones teniendo en cuenta escenarios pesimistas, medios y optimistas, los cuales variarían dependiendo de la magnitud y prolongación que podría tener el impacto.
Así las cosas, Fedesarrollo explica que “en el escenario medio, esperamos que las condiciones externas adversas se mantengan durante todo el primer semestre del año, y que empiecen a disiparse a lo largo de la segunda mitad. En el optimista, esperamos que el choque se mantenga hasta abril, con una recuperación gradual a partir del mes de mayo. Finalmente, en el pesimista esperamos que el choque persista durante todo el año, iniciando su recuperación a inicios de 2021”.
En un caso optimista, el centro de estudios dice que la economía colombiana podría crecer al 2,3%, sin embargo, en el pesimista dice que podría tener contracción de 0,4%.
Desde el impacto en la demanda, Fedesarrollo explica que “el confinamiento obligatorio y la pérdida de empleos, especialmente en el sector informal, se traduce además en un choque de demanda, en donde los hogares reducen sus niveles de consumo. Este impacto de demanda se agrava con la reducción en el ingreso disponible del país derivada de la caída en los precios internacionales del crudo, que profundiza la reducción del consumo público y privado”.
Por su parte, Anif, un poco más optimista que los casos ya citados, dice que los choques inesperados que está enfrentando la economía (covid-19 y guerra de los precios del petróleo) tendrán como resultado una desaceleración de la economía hacia el rango 1,8% y 2% durante este año, dato inferior a lo que antes esperaban (3,4%).
Sin embargo, dice que ese resultado estará sujeto a la duración de esos choques, “donde esperamos alguna recuperación durante la segunda mitad de año, es decir, tendríamos afectaciones considerables durante tres meses, algo similar a lo observado en el caso de China”.
Aclara que en caso de persistir la crisis de salud pública por un periodo más prolongado, cercano a los seis meses, el PIB podría ser entre 0,5% y-1%.
De acuerdo con un informe del banco de inversión, citado por Bloomberg, esperan que en América Latina los bancos centrales reduzcan las tasas (como ya ocurrió en Colombia), pues “el objetivo primordial a corto plazo no es la ortodoxia fiscal, sino prevenir el colapso y la congelación profunda de la actividad económica”, dice el documento.
Similar al panorama anterior, el Institute of International Finance (IIF) en días pasados rebajó su previsión para Colombia pasándola de 3,3% a -0,4% para 2020.
En un escenario medio entre los que consideran que el país entrará en recesión y los que creen que no, está la proyección de Corficolombiana. La firma estima que la economía nacional ya no crecerá a ritmos de 3,1%, sino que caerá hacía el 0%, con un sesgo a la baja.
Sin embargo, en su informe agrega que “la materialización de este sesgo dependerá de la respuesta de la política económica y de la evolución de los riesgos externos”.
Además, indica que “asumiendo que el país logra aplanar la curva de contagios en la segunda mitad de abril (la cuarentena nacional termina el 12 de ese mes), esperamos una contracción económica en el primer semestre del año y un rebote en el segundo”, razón por la que bajó su proyección del PIB.
Corficolombiana también detalla en su documento que “los sectores más afectados como restaurantes y hoteles, transporte, entretenimiento y comercio, representan el 20% del PIB, y generan el 42% del empleo”. Entre otros puntos, menciona que se deben buscar mecanismos adicionales para que las empresas más vulnerables dispongan de recursos para el pago de nóminas y gastos corrientes mientras dura la cuarentena.
De otro lado, la calificadora de riesgo, Standard and Poor’s, revisó este jueves su pronóstico del crecimiento económico nacional pasándolo de 3,2% a 0,7%. A lo anterior, añadió que “una respuesta política oportuna y adecuada por parte de las autoridades colombianas podría facilitar un ajuste macroeconómico para limitar el impacto negativo de los choques externos”.
Cabe decir que, además, la firma cambió la perspectiva del país, pasándola de estable a negativa por mayores riesgos de liquidez externa, deuda y crecimiento.
En un escenario más optimista, Fedesarrollo estimó que la economía colombiana podría crecer al ritmo de 1,2% y no al 3,5% como lo estimaba tiempo atrás.
Previo a entrar en detalles que menciona el informe del centro de estudios, cabe decir que debido a que el choque que está enfrentando la economía por el coronavirus es algo nuevo y lleno de incertidumbre, muchas firmas han hecho varias proyecciones teniendo en cuenta escenarios pesimistas, medios y optimistas, los cuales variarían dependiendo de la magnitud y prolongación que podría tener el impacto.
Así las cosas, Fedesarrollo explica que “en el escenario medio, esperamos que las condiciones externas adversas se mantengan durante todo el primer semestre del año, y que empiecen a disiparse a lo largo de la segunda mitad. En el optimista, esperamos que el choque se mantenga hasta abril, con una recuperación gradual a partir del mes de mayo. Finalmente, en el pesimista esperamos que el choque persista durante todo el año, iniciando su recuperación a inicios de 2021”.
En un caso optimista, el centro de estudios dice que la economía colombiana podría crecer al 2,3%, sin embargo, en el pesimista dice que podría tener contracción de 0,4%.
Desde el impacto en la demanda, Fedesarrollo explica que “el confinamiento obligatorio y la pérdida de empleos, especialmente en el sector informal, se traduce además en un choque de demanda, en donde los hogares reducen sus niveles de consumo. Este impacto de demanda se agrava con la reducción en el ingreso disponible del país derivada de la caída en los precios internacionales del crudo, que profundiza la reducción del consumo público y privado”.
Por su parte, Anif, un poco más optimista que los casos ya citados, dice que los choques inesperados que está enfrentando la economía (covid-19 y guerra de los precios del petróleo) tendrán como resultado una desaceleración de la economía hacia el rango 1,8% y 2% durante este año, dato inferior a lo que antes esperaban (3,4%).
Sin embargo, dice que ese resultado estará sujeto a la duración de esos choques, “donde esperamos alguna recuperación durante la segunda mitad de año, es decir, tendríamos afectaciones considerables durante tres meses, algo similar a lo observado en el caso de China”.
Aclara que en caso de persistir la crisis de salud pública por un periodo más prolongado, cercano a los seis meses, el PIB podría ser entre 0,5% y-1%.