En Bogotá, grupos de mujeres han decidido unirse para enfrentar y vencer el acoso en las calles, formando redes de apoyo y protección mutua. Estos colectivos, surgidos de la necesidad de sentirse seguras en espacios públicos, actúan como una comunidad vigilante que busca prevenir y denunciar situaciones de acoso.
La iniciativa ha ganado fuerza, especialmente en barrios y sectores donde la percepción de inseguridad es alta. Estas redes, organizadas principalmente a través de plataformas digitales y encuentros comunitarios, permiten a las mujeres comunicarse rápidamente, compartir información sobre zonas de riesgo y acompañarse en desplazamientos a pie o en transporte público.
Además de su rol preventivo, estas redes también ofrecen apoyo emocional y legal a las víctimas, promoviendo una cultura de sororidad y solidaridad. A través de talleres, charlas y campañas de sensibilización, las mujeres involucradas en estos grupos no solo se cuidan mutuamente, sino que también trabajan para generar conciencia y cambiar la cultura del acoso en la ciudad.
Esta forma de organización refleja una respuesta activa y colectiva frente a la violencia de género, demostrando que la unidad y el apoyo comunitario son herramientas poderosas en la lucha por espacios públicos seguros y libres de acoso para todas las mujeres.