AGRICULTURA
En sus inicios, la producción de kopi luwak se basaba en la recolección de excrementos de civetas salvajes. Sin embargo, la creciente popularidad del café y el auge del turismo en Indonesia han llevado a la captura y confinamiento de estas criaturas en condiciones deplorables. Según Christian Valencia, veterinario, "las civetas son mantenidas en jaulas insalubres, con dietas exclusivamente basadas en granos de café para maximizar la producción."
Según Valencia, cuando se utilizan estos animales para producción, se les somete a condiciones muy restringidas y poco naturales. "Cuando se tienen animales silvestres para estos fines, se manejan espacios demasiado cerrados. Son especies muy esquivas, todas las especies silvestres y salvajes no son de fácil manipulación ni nada", explicó.
Además, el veterinario destacó que para asegurar una buena dieta y eliminar el grano procesado, es necesario mantener a los animales en un ambiente controlado. "Si quieren asegurar una muy buena dieta y todo lo demás para que así mismo eliminen el grano procesado tienen que mantenerlos asignados", añadió. Sin embargo, esta práctica plantea serias preocupaciones éticas. Valencia enfatizó que mantener a las especies silvestres en estas condiciones va en contra de la ética veterinaria y se considera maltrato animal.
En la actualidad, se observa esta situación no solo en la industrialización, como con los patos destinados a la producción de hígado graso, sino también en otros ámbitos donde se emplean animales silvestres.
Un estudio de la Universidad de Oxford reveló que las condiciones de vida de las civetas enjauladas en plantaciones de Bali son inhumanas. Estos animales sufren de estrés, desnutrición y viven en suelos de alambre que les causan úlceras y abrasiones. Además, carecen de acceso a agua limpia y la oportunidad de interactuar con otros de su especie, lo que contribuye a su sufrimiento.
La autenticidad y calidad del kopi luwak se ven comprometidas cuando las civetas son alimentadas con cualquier tipo de grano en lugar de permitirles seleccionar los mejores granos en la naturaleza. Esto no solo afecta el sabor del café, sino que también plantea cuestiones éticas. Tony Wild, el comerciante de café que introdujo el kopi luwak en Occidente, advirtió sobre la industrialización y falsificación de este café en el artículo de The Guardian.
Por su parte, Arturo Mejía, ex caficultor y productor del Tolima mencionó que no existe un plan de certificación que garantice que el kopi luwak etiquetado como "salvaje" realmente lo sea. "Organizaciones como Rainforest Alliance y UTZ se niegan a certificar este café debido a los riesgos y las dificultades para asegurar prácticas sostenibles y éticas", afirmó.
Expertos del sector caficultor aseguran que mientras que el kopi luwak sigue siendo un artículo de lujo en mercados como Japón y Estados Unidos, es importante considerar el costo real detrás de cada taza. "La crueldad hacia las civetas y la falta de transparencia en la producción plantean serias dudas sobre la sostenibilidad y ética de este café", mencionó Wild en un reciente artículo.