Hasta el momento ningún proyecto que contempla la cadena perpetua para castigar crímenes en Colombia ha tenido éxito. Todos, en su mayoría dispuestos como pena por delitos sexuales en contra de menores, se hundieron en primer o segundo debate. Además, siempre tuvieron al Gobierno en contra, pues la Constitución de 1991 es clara en que no habrá cadena perpetua en el territorio colombiano. Sin embargo, este jueves, la historia puede cambiar radicalmente. Después de haber pasado por siete debates, en la plenaria del Senado se discutirá por octava y en su último paso la iniciativa que propone reformar la Carta Magna para habilitar ese castigo a los violadores de menores de edad.
Las ponencias ya están radicadas y se anunció desde la Secretaría que el proyecto se discutirá este 18 de junio, 8 días después de haber sido aprobado en la Comisión Primera, tal como indica la Ley Quinta de 1992 -que dicta el reglamento del Congreso-. De aprobarse esta iniciativa, el texto constitucional sería modificado para que se habilite la cadena perpetua en el ordenamiento jurídico colombiano para los casos relacionados con abuso y violación sexual de menores de edad. Con esta determinación, el Congreso deberá también modificar el Código Penal para incluir este tipo de castigo y su uso, incluyendo la propuesta de que la pena puede ser revisada a los 25 años de haberse impuesto.
La victoria en Cámara del proyecto, avalado por el gobierno Duque, fue casi que apabullante y sin mayores complicaciones. Es en el Senado que el camino se ha puesto cuesta arriba, sobre todo ante la presión de que tiene que estar votado y aprobado antes del 20 de junio, pues es un acto legislativo que solo tiene un año para su discusión y no puede ser incluido dentro de las sesiones extraordinarias que podría convocar el Ejecutivo. Es decir, solo tiene tres días para que la plenaria lo discuta, vote y, en caso de modificación y aprobación, concilie con el texto al que la Cámara le dio el visto bueno. Los tiempos dan, pero cualquier demora o desliz puede hacer que el proyecto sea archivado, una dura derrota al estar tan cerca de su aprobación.