Las enfermedades respiratorias y cardiovasculares son las principales responsables de esta mortalidad, especialmente en ciudades con altos niveles de partículas contaminantes. Las fuentes más frecuentes son las emisiones vehiculares, la actividad industrial y la quema de combustibles, factores que afectan de manera directa a millones de personas.
Los hallazgos evidencian la urgencia de fortalecer el monitoreo ambiental, reducir las emisiones en las zonas urbanas más críticas y promover políticas sostenibles que protejan la salud de la población. Asimismo, se destaca la necesidad de coordinar acciones entre sectores de transporte, ambiente y salud para mitigar los impactos.
El informe concluye que la contaminación del aire no es solo un desafío ambiental, sino un asunto prioritario de salud pública que exige intervenciones inmediatas y sostenidas.
Redaccion: Lumacastereo


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