El artículo de Dumar A. Jaramillo-Hernández explora el incremento en la esperanza de vida humana en los últimos 200 años y las investigaciones actuales sobre la longevidad y la salud en la vejez. La esperanza de vida ha aumentado significativamente debido a mejoras en la calidad alimentaria, el acceso a agua potable y avances en la medicina preventiva y paliativa. Por ejemplo, la esperanza de vida global pasó de 46.5 años en 1950 a 73.4 años en 2023.
En el ámbito de la biología, estudios han demostrado que la restricción calórica en animales puede aumentar la longevidad y retardar el envejecimiento. Se han identificado múltiples vías metabólicas relacionadas con la longevidad, como IGF-1, GH, AMPK y mTORC1, cuya manipulación ha demostrado extender la vida en modelos animales.
Recientemente, investigaciones han mostrado que inhibir la proteína IL-11 en ratones puede aumentar su esperanza de vida, sugiriendo que esta proteína juega un papel en el envejecimiento. Además, la investigación sobre los telómeros y la reprogramación celular ha abierto nuevas posibilidades para el rejuvenecimiento celular.
El artículo concluye que, aunque el aumento en la expectativa de vida trae implicaciones sociales, económicas y éticas, la investigación en biología del envejecimiento busca mejorar la esperanza de vida saludable mediante la manipulación de vías genéticas y moleculares específicas. Estos avances representan el poder de la ciencia para transformar nuestras vidas y prometen una vejez más activa y saludable.
Revista Raya.