En un acto realizado en San Basilio de Palenque, Bolívar, el presidente Gustavo Petro lanzó una fuerte denuncia sobre el desfalco masivo de recursos destinados a proyectos de desarrollo en Colombia. Según el mandatario, se han detectado aproximadamente **9,1 billones de pesos** robados en los OCAD Paz y en el sistema de regalías, y este hallazgo proviene de un análisis que solo ha cubierto el 20% del sistema.
Durante su discurso en el evento del compromiso del Gobierno con la reparación integral y la superación del rezago en la garantía de los derechos de las comunidades palenqueras, Petro expresó su indignación ante la magnitud de la corrupción que ha afectado a las regiones más vulnerables del país. "El director Nacional de Planeación, Alexander López, ya está haciendo la denuncia correspondiente sobre estos hallazgos", afirmó el presidente.
Petro relacionó este robo con la falta de infraestructura básica en comunidades como San Basilio de Palenque, señalando que "no hay acueducto, no hay planta de tratamiento de aguas residuales (PTAR) para limpiar el río, no hay alcantarillado". Según el mandatario, esta carencia de servicios esenciales es un reflejo de cómo el saqueo de los recursos públicos ha perpetuado la pobreza en vastas zonas del país, especialmente en el Caribe y otras regiones marginadas.
El presidente también criticó la prioridad que se ha dado a la construcción de carreteras financiadas por el Estado, mientras se descuidan las necesidades básicas de la población. "Carreteras sí pasan por ahí, cuatro calzadas llenas de peajes, porque es un negocio de los banqueros; esas obras van rápido, las paga la nación y, entonces, como la nación no tiene plata para todo, no está pagando los acueductos ni los alcantarillados de la gente humilde de Colombia", subrayó Petro.
Petro también hizo hincapié en cómo la corrupción política afecta directamente a las comunidades, mencionando que "devuelven un proyecto porque no hay CVY (cómo voy yo), porque no va el contratista. La politiquería se adueña de los recursos".
Este escándalo de corrupción no solo revela el desvío masivo de fondos que deberían haber sido destinados al bienestar de las comunidades más necesitadas, sino que también pone de relieve las graves deficiencias en la gestión de los recursos públicos en Colombia. A medida que se profundicen las investigaciones, la magnitud de este desfalco podría ser aún mayor, subrayando la necesidad urgente de una reforma en la gestión de los fondos públicos y una rendición de cuentas más estricta.