La medida entrará en vigor el 31 de marzo y el Gobierno de la capital ha recurrido a la misma para evitar el cierre de los comercios no esenciales y de instituciones culturales.
Los Gobiernos regionales se habían comprometido a aplicar un "freno de emergencia" cuando la incidencia semanal superase los 100 contagios por 100.000 habitantes lo que puede implicar dar marcha atrás a medidas de reapertura o tomar nuevas medidas preventivas.
Los test negativos también serán necesarios para acudir a la peluquería. Los supermercados y las farmacias, así como otros comercios que cubren necesidades básicas, están eximidos de exigir a sus clientes un test negativo.
Los grandes almacenes y los centros comerciales deberán instalar sus propios lugares para realizar test rápidos pero los clientes pueden presentar una prueba realizada en otra parte.
La Federación de Comercio de Berlín y Brandeburgo (HBB) reaccionó positivamente a la medida. "La pregunta es ¿qué alternativa había?", dijo el gerente de HBB, Nils Busch-Petersen, que indicó que había dialogado intensamente con la titular de Sanidad, Dilek Kalayci, en busca de soluciones para evitar un cierre total de los comercios.
"Estamos satisfechos de haber evitado el puro freno de emergencia", manifestó.
Al margen del acceso a los comercios el Gobierno de Berlín ha llamado a los ciudadanos a someterse una vez por semana a un test por su propia seguridad y la seguridad de los otros.
En Berlín hay tres grandes centros donde los ciudadanos se pueden someter a test rápidos sin cita previa. En otros centros más pequeños y con menos capacidades se necesita solicitarla.
Las autoridades alemanes posibilitan un test gratuito por semana a cada ciudadano y en Berlín los patronos tienen que ofrecer a sus trabajadores la posibilidad de realizarse un test dos veces por semana.
Por otra parte, las mascarillas quirúrgicas ya no serán suficientes en el transporte público y en los comercios no esenciales sino que se exigirán mascarillas FFP2.
Los empresarios, por otro lado, solo podrán destinar el 50 por ciento de sus oficinas al trabajo presencial y estarán obligados a permitir que la otra mitad de sus empleados teletrabaje.