A partir del 20 de julio el Congreso escribirá un nuevo capítulo de su historia. Más allá de si habrá sesiones virtuales, presenciales o mixtas, el presidente Iván Duque tiene listos algunos de los proyectos que piensa radicar en la nueva legislatura, que coincidirá con el arranque de su tercer año en la Casa de Nariño. La oposición, por su parte, se prepara para hacer oír su voz con más fuerza, luego de un primer semestre en el que la pandemia afectó la influencia del Poder Legislativo.
La agenda estará dominada principalmente por el trámite de reformas a la justicia, a la política y al Código Electoral. Además, el Gobierno piensa radicar un proyecto para regular el trabajo en casa, teniendo en cuenta que el pico epidemiológico del coronavirus aún no ha llegado y es preferible que millones de colombianos, en la medida de lo posible, sigan cumpliendo sus obligaciones laborales a distancia.
En el segundo semestre, el Congreso promete tener una actividad intensa porque la plenaria del Senado escogerá al próximo procurador y la Cámara elegirá al nuevo defensor del pueblo.
Igualmente, la oposición tratará de lograr las sesiones al menos semipresenciales, pues la virtualidad les restó peso a los debates de control político.
Duque ha descartado por ahora presentar una reforma pensional o laboral. Para eso tiene en cuenta, entre otras razones, que por la pandemia no hay condiciones para lograr una concertación, lo que implica mesas de trabajo con sindicatos y organizaciones sociales.
Si todo sale como está previsto, en dos semanas la presidencia del Senado quedará en manos de Arturo Char (Cambio Radical) y la de la Cámara en las del conservador Germán Blanco. Ambos deberán organizar las comisiones y plenarias y recoger las experiencias, buenas y malas, vividas en la legislatura pasada, cuando trabajaron mayoritariamente en plataformas virtuales.