Tom Monaghan, de 83 años, creador de Domino’s Pizza, fundó Ave María, en 1996, tras una revelación.
Confieso que pocas veces en mi vida había visto un lugar tan interesante como este. Si lo pienso bien, nunca había estado en un sitio así. La primera noticia sobre su existencia me la dio, con una auténtica cara de perplejidad, mi amigo Juan Carlos Riveros, un bogotano que vive en esas tierras norteamericanas desde hace casi veinte años. Reconozco que mi primera reacción fue de incredulidad. Me lo quedé mirando con cara de regaño porque pensé que se estaba burlando de mí.
Todo lo que les voy a contar sucedió en las recientes fiestas de fin de año, mientras dábamos vueltas de turistas sin oficio por Miami y las monumentales carreteras que se ramifican por la península de la Florida, frente al océano Atlántico, en la punta sureste del mapa de los Estados Unidos, la punta esa que penetra en el agua del mar como si fuera la uña de un pie. De ahí para abajo todo lo que sigue es el Caribe y América Latina.
–El pueblo se llama Ave María –agregó Riveros–. Queda a una hora y cuarenta y cinco minutos de aquí. Cuando quieras vamos hasta allá.
Volví a pensar que estaba burlándose y, para hacerlo quedar mal, y para cogerle la caña, como dicen en mi tierra, nos fuimos dos días después.
Íbamos a medio camino entre Miami y la localidad de Naples, un hermoso paraje entre urbano y rural, y marino también, entre los bosques y la playa, tranquilo, lleno de árboles y pájaros, con unos condominios habitados por gentes mayores que ya se han jubilado.
–El pueblo se llama Ave María –agregó Riveros–. Queda a una hora y cuarenta y cinco minutos de aquí. Cuando quieras vamos hasta allá.
Volví a pensar que estaba burlándose y, para hacerlo quedar mal, y para cogerle la caña, como dicen en mi tierra, nos fuimos dos días después.
Íbamos a medio camino entre Miami y la localidad de Naples, un hermoso paraje entre urbano y rural, y marino también, entre los bosques y la playa, tranquilo, lleno de árboles y pájaros, con unos condominios habitados por gentes mayores que ya se han jubilado.