Entre los químicos detectados se encuentran compuestos perfluoroalquilados (PFAS), conocidos por su lenta degradación, con algunas prendas que exceden los límites legales hasta 3.300 veces. También se han encontrado niveles elevados de ftalatos, algunos hasta 100 veces por encima de lo permitido.
Estos químicos representan riesgos para la salud de los consumidores, por contacto con la piel o inhalación, y para los trabajadores involucrados en la producción, así como para el medioambiente. Al lavar o desechar estas prendas, las sustancias pueden filtrarse en ríos y suelos, afectando incluso la cadena alimentaria.
Se ha señalado que varios de los productos examinados son similares a prendas previamente analizadas y que no cumplen con las regulaciones vigentes. Ante esta situación, se hace un llamado a reforzar la regulación de la industria textil, limitar el uso de sustancias tóxicas y garantizar una producción más segura y responsable.
La marca ha iniciado revisiones internas y se ha comprometido a garantizar la seguridad de sus productos, aunque algunos análisis recientes aún están bajo verificación.
Redaccion: Lumacastereo


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