“La polinización no solo es indispensable para la producción de frutos y semillas, sino que es esencial para mantener la diversidad de las especies vegetales en los ecosistemas. Sin polinizadores, muchas plantas no podrían reproducirse, lo que afectaría directamente a las especies que dependen de ellas para alimento y refugio”, aseguró la profesora Muñoz.
Entre los polinizadores, se destacan tres categorías principales:
- Especialistas, que interactúan exclusivamente con ciertas plantas.
- Generalistas, que polinizan múltiples especies vegetales.
- Accidentales, que polinizan de forma no intencionada mientras buscan alimento.
“La interacción planta-polinizador ha evolucionado durante millones de años, creando relaciones mutualistas clave para la estabilidad de los ecosistemas. Por ejemplo, una abeja no solo transporta polen, sino que también ayuda a diversificar las especies vegetales”, añadió Muñoz.
Además de su función ecológica, los polinizadores son fundamentales para la agricultura. Se estima que más del 70 % de los cultivos alimentarios dependen en cierta medida de la polinización. Sin ellos, la productividad agrícola disminuiría drásticamente, lo que afectaría la disponibilidad de frutas, vegetales y otros productos esenciales para la dieta humana.
La profesora también destacó los riesgos que enfrentan los polinizadores debido a la actividad humana: “La deforestación, el uso de pesticidas y el cambio climático están reduciendo sus hábitats y afectando sus poblaciones. Esto no solo amenaza la biodiversidad, sino también la seguridad alimentaria”.
En algunos casos, estas especies se han adaptado a nuevas prácticas humanas. Por ejemplo, los murciélagos polinizadores están siendo utilizados en sistemas agroforestales como una solución sostenible para la polinización de cultivos.
La pérdida de polinizadores tendría un efecto en cadena, impactando tanto a las plantas como a las especies animales que dependen de ellas para su supervivencia. “Su ausencia alteraría profundamente las redes tróficas, afectando desde pequeños herbívoros hasta grandes depredadores”, explicó la académica.
Los esfuerzos para conservar a los polinizadores son cada vez más urgentes. Proyectos de restauración ecológica, prohibiciones de pesticidas dañinos y la promoción de prácticas agrícolas amigables con el medioambiente son esenciales para proteger estas especies y asegurar su rol en el equilibrio de los ecosistemas.