La reaparición de Darío Vásquez Sanchez en la arena política trajo a la memoria de algunos villavicenses un ‘pecado’ que muchos le adjudican y no le perdonan: la falta de agua en Villavicencio.
La historia que empaña la nueva aspiración de Vásquez a la Gobernación del Meta, se remonta al año 2017, cuando la Contraloría halló un posible detrimento patrimonial por más de $60.000 millones en obras contratadas bajo su administración y que tenían por objetivo la optimización de la línea de aducción del Acueducto de Villavicencio.
Para la fecha, dicha obra a cargo de la EDESA y la Unión Temporal Bocatoma, llevaba seis años abandonada. Al día de hoy, la misma, completa 12 años en la misma situación.
La razón por la que muchos ciudadanos culpan a Sánchez de la falta de agua en la ciudad, es que la obra en cuestión tenía el propósito de terminar con los constantes racionamientos y suspensiones del suministro a causa de derrumbes y crecientes del río a Guatiquía.
De acuerdo con la Contraloría, el proyecto que se debía ejecutar en un plazo de 12 meses, presentó inconsistencias en su planeación, proceso de selección y seguimiento.
La afectación económica del departamento por esta obra fallida ascendió a los $60.000 millones.
A propósito, Vásquez ha dicho en medios de comunicación que el dinero se invirtió correctamente pero se las obras se las llevó el río.
En todo caso, pesa sobre sus hombros el estigma de haber sido el gobernador que contrató obras ineficientes para solucionar el problema del agua en la capital del Meta, departamento que quiere volver a gobernar.
FUENTE: VIVEELMETA