El seísmo se produjo a las 10.27 hora local del sábado, con epicentro frente a la costa de la prefectura de Miyagi y a unos 60 kilómetros de profundidad bajo el lecho marino.
El terremoto alcanzó en esa prefectura del noreste de Japón el nivel 5 superior de la escala japonesa, con un máximo de 7 y centrada en medir la agitación en la superficie y las zonas afectadas, más que en la intensidad del temblor.
En otras áreas del noreste de Japón, incluidas parte de las prefecturas de Iwate y Fukushima, el seísmo alcanzó el nivel 5 ó 5 inferior, según datos de la Agencia Meteorológica de Japón (JMA).
El seísmo también se sintió con fuerza en Tokio, donde se registró un nivel 3 en la escala japonesa, según la JMA.
TEPCO, la compañía operadora de la accidentada central de Fukushima Daiichi, no detectó ninguna irregularidad ni en esta ni en sus otras plantas ubicadas en las zonas afectadas por el temblor.
Las autoridades de Miyagi y de Fukushima informaron de que tres personas resultaron heridas de levedad en accidentes relacionados con el seísmo.
Asimismo, el terremoto provocó la interrupción temporal de algunos tramos de líneas ferroviarias, entre ellas una de alta velocidad que atraviesa el noreste del país. Todas las líneas volvieron a funcionar con normalidad transcurridas 5 horas tras el seísmo.
Japón se asienta sobre el llamado Anillo de fuego, una de las zonas sísmicas más activas del mundo, y sufre terremotos con relativa frecuencia, por lo que sus infraestructuras están especialmente diseñadas para aguantar los temblores