Desde la costa del océano Pacífico hasta la cordillera de Los Andes, la luz del Sol será opacada por la Luna y caerá la noche en torno a las 13H00 hora local (16H00 GMT) por unos dos minutos a lo largo de la zona de umbra, una franja de 90 kilómetros de ancho que avanzará más allá de las montañas por la Patagonia argentina hasta la costa atlántica.
A horas del eclipse, no está nada claro si el fenómeno astronómico podrán verlo los miles de turistas que llegaron a la región de La Araucanía -800 km al sur de Santiago-, ni los científicos apostados en la falda del volcán Villarrica con sus telescopios, preparados desde hace días para enfocar el segundo eclipse consecutivo en este país, después de julio de 2019 en el norte de Chile.
Abrazados a la esperanza
"Apuntamos a que el frente de mal tiempo se adelante un poco y las lluvias comiencen más temprano y haya claros para poder observar el Sol directamente", dijo a la AFP el astrónomo de la Universidad Católica Simón Ángel, mientras probaba su telescopio desde la terraza del refugio de esquí del volcán, a unos 1.500 metros de altura.
Nicolás Tamayo, un visitante de 28 años que llegó a la ciudad de Pucón, a los pies del volcán, indicó a la AFP que "las expectativas son buenas" a pesar del mal tiempo pronosticado para el momento del eclipse. "El ambiente que se va a vivir en ese momento es impagable", agregó.
La lluvia fue constante en los días previos debido a un frente climático que cubrió de nubes y arremetió con vientos en toda la zona de avistamiento del eclipse.
Sin embargo, la apacible tarde del domingo y el cielo azul que se abrió tras la densa nubosidad con la que amaneció ese día, daba esperanzas para que se repita la misma dinámica este lunes.
Noche al mediodía
El cielo nublado cubre toda la zona y la expectación de los científicos en el volcán Villarrica es la misma que la de los turistas: todos pretenden salir a la playa del lago homónimo en la ciudad de Pucón a la hora del eclipse para ver cómo la Luna tapa al Sol.
Telescopios de un lado y gafas especiales para ver el eclipse del otro, todos listos mirando a un cielo plomizo y lluvioso impotentes a la espera de un claro entre las nubes.
Si finalmente el eclipse no se puede apreciar por las nubes, la alternativa será disfrutar de la noche al mediodía, ya que el fenómeno de falta de luz sí será perceptible.
Sabios mapuches, siguiendo la cosmovisión de este pueblo originario -el más numeroso de Chile y oriundo de la zona-, pondrán su granito de arena en los intentos por despejar el cielo. El sabio Juan Ñanculef afirmó a la AFP que realizará un ritual justo antes de que empiece el eclipse para pedir a la naturaleza que deje de llover, como hacían sus antepasados.
"Antiguamente era 100% efectivo. (...) Yo lo voy a intentar", explicó. Para este pueblo, cuando la Luna cubre al Sol trae un mensaje de cambio, a veces negativo pero también de equilibrio. Así es que algunos mapuches atribuyeron los cambios sociales y políticos que sacudieron a Chile desde octubre de 2019 al eclipse total de Sol que se vio el 2 de julio de ese año en una suerte de fiesta masiva en el desierto del norte del país.
En 2021 los pueblos originarios chilenos esperan dar un paso histórico en su larga lucha por el reconocimiento del Estado, y está cerca de aprobarse una ley que permite la participación de representantes indígenas en la futura Convención Constituyente que redactará la nueva Carta Fundamental de la nación. Según lonkos (jefes) mapuches, este sería un gran cambio positivo.