Por ahora una cosa es clara para el Ministerio de Transporte: la inestabilidad de la meseta Mesa Grande, responsable del mayor derrumbe que se presentó sobre la Vía al Llano en la historia reciente del país, no fue consecuencia del cambio de uso del suelo tras la instalación de una granja avícola en la montaña que queda justo sobre el kilómetro 58 +100 en la carretera, cerca al municipio de Guayabetal (Cundinamarca).
De acuerdo con la ministra de Transporte, Ángela María Orozco, esa es una de las conclusiones del estudio que el Gobierno le encargó a la Sociedad Colombiana de Ingenieros (SCI), en el que participaron además las universidades Nacional, Gran Colombia, de los Andes y Javeriana, tan pronto se presentó la emergencia para conocer el origen de uno de los mayores desprendimientos de tierra en la zona, el primer fin de semana de junio el año pasado.
Si bien la primera hipótesis conocida advertía el riesgo de la filtración de aguas de escorrentía de los galpones en el suelo, según la concesión a cargo de la vía, Coviandes, pronto surgió otra que apuntaba a que las intervenciones de para la construcción del túnel 13 habrían intensificado la inestabilidad geológica del sector. Una serie de estudios técnicos contratados por esta empresa y llevados a cabo por diferentes entidades públicas en los últimos meses arrojaban conclusiones contradictorias, por lo que el Ministerio de Transporte decidió encargar uno propio de mayor detalle.