El viernes se cumplirán dos meses desde que las clases presenciales están suspendidas en todo el país. Todavía es prematuro para precisar los efectos educativos que tendrá, pero sí se puede afirmar que sin dudas ensanchará las diferencias entre los alumnos que disponen de las herramientas tecnológicas y los que no.
Gustavo Zorzoli, profesor y ex rector del Colegio Nacional de Buenos Aires, encabeza junto a otros especialistas una campaña que impulsa el Observatorio Argentinos por la Educación. La petición busca la apertura del grifo de internet para que alumnos y docentes puedan acceder a las plataformas educativas. En su opinión, ayudaría a atenuar el impacto de las aulas cerradas en los sectores más vulnerables.
“Así como hace dos meses el Estado hizo un esfuerzo increíble para conseguir los insumos, poner a punto los hospitales y cuidar la salud, ahora es el momento de hacer algo similar con el sistema educativo. Si no se firman acuerdos para que las empresas liberen internet, no tendremos muertos, pero sí habrá miles de pibes analfabetos, que quedarán fuera del sistema”, dijo Zorzoli a Infobae.
Para el especialista, el problema a resolver está en la comunicación entre docentes y alumnos, y la única solución posible hoy es a través de videoconferencias. “Ahí tenés varios problemas intrincados”, planteó.
Por un lado, están los hogares que no disponen de internet. Pero incluso en las casas donde sí hay conectividad, en muchos casos, es de mala calidad. “Si tenés menos de 20 megas de internet, no hay posibilidad de acceder a una videoconferencia. La enseñanza está muy restringida”, consideró Zorzoli.
En tercer lugar, agregó, se necesita el equipamiento necesario. En general, cuando hay computadora en la casa es de uso compartido con el resto de la familia. Por último, el espacio dentro de la casa es un limitante. A los chicos les cuesta encontrar un lugar de silencio, donde estudiar y poder concentrarse.
“Todos estos factores no se dan en los pibes que pertenecen a los estratos más pobres. Incluso tampoco en algunos sectores medios. Se está perdiendo el año académico. Estamos hablando de millones de pibes sin educación. Muchos de ellos lamentablemente no van a volver, sobre todo en la secundaria. Si sumás la situación económica, algunos tendrán que salir a ayudar a los padres en el trabajo. El combo es explosivo”, remarcó.
Zorzoli valoró los esfuerzos que llevan adelante el gobierno nacional como las administraciones provinciales para intentar llegar a los alumnos con contenidos por radio, televisión y cuadernillos. Aunque piensa que son “insuficientes” las respuestas. Cree que el paso obligatorio a dar es liberar internet para, al menos, alumnos y maestros de escuelas públicas.
“La pandemia nos agarró a contrapié. Solo tuvimos una o dos semanas de clases. Los profesores no llegamos ni siquiera a conocer a nuestros alumnos, lo cual no nos permite un seguimiento más personalizado, uno a uno, de acuerdo al ritmo de aprendizaje de cada chico”, sostuvo.
Por eso, el especialista apoyó la decisión de no calificar a ningún estudiante mientras las clases presenciales estén suspendidas. Incluso añadió: “En estas condiciones es imposible no pensar en una promoción automática. Va a haber un agujero importante de aprendizajes, pero quedan años por delante para subsanarlo. Hoy la prioridad debería ser conectarlos para que no se vayan del sistema y focalizar en algunos cursos puntuales, como los primeros grados por el proceso de alfabetización y los últimos por el salto de nivel”.