En
los últimos tres meses se registraron temperaturas récord en el Ártico e incendios
devastadores, la última plataforma de hielo que quedaba intacta en Canadá se
desprendió, y en los Alpes hubo grandes pérdidas en los glaciares. Estos
eventos causan graves daños sobre los ecosistemas, aumentan el nivel del mar y
amenazan la vida humana y la infraestructura.
El
verano de 2020 y sus altas temperaturas alrededor del mundo tuvieron un
grave impacto sobre las capas de hielo y los glaciares, alertó
este martes la Organización Meteorológica
Mundial.
La
plataforma de hielo de Milne en Canadá, una de las últimas en el mundo que
quedaba completamente intacta, se desprendió, y perdió casi la mitad de su
superficie; el glaciar Turtmann en Suiza se partió en dos; y el glaciar
Planpincieux en Italia, sigue al borde del colapso con casi 500.000 metros
cúbicos perdidos. Otras masas de hielo alrededor del mundo también vieron
pérdidas este verano.
“Estas
pérdidas de masa extremas no se pueden reponer en el clima
actual y podrían volverse más frecuentes en el futuro si
las emisiones de gases de efecto invernadero no disminuyen”, alertó la OMM.
La
destrucción de capas de hielo aumenta el nivel del mar, y las inundaciones
resultantes del estallido de los lagos glaciares se están convirtiendo en un factor
cada vez más de alto riesgo en muchas partes del mundo, amenazando a las
personas y la infraestructura.
Los récords de calor en el Ártico este verano, donde se alcanzó una temperatura hasta 38ºC en Siberia, estuvieron acompañados por incendios forestales sin precedentes, y una cantidad de hielo marino mínima récord.