De acuerdo con la investigación realizada por los militares, entre 1996 y 1998, fueron secuestrados 167 soldados que prestaron el servicio militar y desaparecidos 227. Hoy la mayoría de las víctimas dice que no ha sido reparada.
En su esfuerzo por demostrar que los militares también fueron víctimas en el conflicto armado, el Ejército Nacional entrega hoy, en horas de la mañana, un informe a la Comisión para el Esclarecimiento de la Verdad, llamado “Los soldados regulares víctimas de secuestro y desaparición forzada. El servicio militar obligatorio 1996-1998”. En el documento se expone la posición del soldado regular, es decir, bachilleres que prestaban el servicio militar; el daño que sufrieron por estos graves crímenes, y las expectativas de las víctimas que hasta ahora, advierten, no ha sido reparadas.
En la primera parte del documento, conocido por este diario, el Ejército hace una revisión de sus cifras. Según los uniformados, entre 1996, 1997 y 1998, 310 militares fueron secuestrados en casos recordados por el país: “De ellos, 167 eran soldados regulares cumpliendo el servicio militar obligatorio, en casos como Las Delicias, Patascoy, Miraflores, Uribe y Pavarandó”. También se encontró que, de acuerdo a la Unidad para la Atención y Reparación Integral a las Víctimas, en ese mismo lapso, 227 soldados regulares fueron desaparecidos. De estos, 41 casos han sido adjudicados a las guerrillas, 29 a las autodefensas o paramilitares y 157 no se ha identificado qué pasó con ellos.
Los investigadores, el capitán Jorge Mauricio Cardona Angarita, Laura Andrea Gaitán Aya y el coronel Carlos Arturo Velásquez Peláez, decidieron enfocarse en este tiempo para, según ellos, indagar en unos de los momentos más difíciles para el Ejército, en el que los hostigamientos de los grupos armados, principalmente de las extintas Farc, afectaron varias de sus bases militares y dejaron en la memoria del país imágenes desoladoras. Pero, además, fue justo en la época en la que el Estado dejó de llevar a la guerra menores de edad. Antes de 1997 se podían reclutar los jóvenes a partir de los 15 años de edad. Después, el reclutamiento de menores fue tipificado en Colombia como un delito mediante la ley 418 de 1997. Allí se estipuló como una infracción al derecho internacional humanitario.
Desde 1996 hasta 1998, anualmente, 150.000 soldados regulares prestaron su servicio militar obligatorio en medio de una guerra en la que se presentaron graves infracciones al Derecho Internacional Humanitario y violaciones a los derechos humanos.
Secuestro
En la segunda parte del informe se exponen los resultados de una muestra de 27 entrevistas y encuestas a soldados regulares que estuvieron secuestrados en la toma de Miraflores (Guaviare), donde fueron secuestrados 71 uniformados, y documentos que fueron encontrados en el Ministerio de Defensa, la gran mayoría con clasificación reservada. En esta indagación, el Ejército encontró que la gran mayoría tiene secuelas de estos delitos.
“El 100% de los soldados encuestados afirmaron haber sido asignados al Batallón de Infantería Numero 19 “Gral. José Joaquín París” en San José del Guaviare. En su totalidad los soldados regulares encuestados afirmaron ser víctimas de secuestro, en donde fueron víctimas del secuestro en un promedio de 3 años, por este hecho el 92. 9% de ellos toma algún tipo de medicamento para tratar afectaciones psicológicas derivadas del secuestro como estréspostraumático”, señala el informe.
Los resultados de la encuesta son reveladores: El 55% de los entrevistados manifestó que no prestó el servicio militar por decisión propia, sino por ser una obligación y el 100% consideró que sí corría un riesgo en la misión que se les había asignado. “No, yo fui reclutado. Lo que pasa es que a mí me cogieron en las batidas que hacia el Ejército y me llevaron a ese parque que quedaba en la 95. Yo creí que íbamos a estar bien, que era un paseo, pero prácticamente fue lo otro”, dijo un soldado.
El Ejército, para el control de Miraflores en agosto de 1998, tenía soldados regulares que fueron reclutados en los barrios populares de Bogotá y Soacha, como lo explicó otro de los entrevistados: “Es que nosotros veníamos de lo más bajo, Patio Bonito, de Soacha, del Lucero, de Ciudad Bolívar…”. Solo recibieron su instrucción militar y, a pesar de no ser soldados voluntarios, “con tan solo nueve meses de servicio militar se enfrentaron a 1.500 guerrilleros de los frentes y/o cuadrillas más beligerantes que integraban el Bloque oriental de las FARC”, agrega el documento.