El hundimiento del precio del barril de petróleo estadounidense por debajo de cero se debe a fenómenos de mercado puntuales, aunque la pandemia de coronavirus y la guerra entre los grandes países productores hacen prever precios bajos por un tiempo.
A primera vista, la cifra desafía el sentido común: el lunes en Nueva York, el barril de petróleo cerró en -US$37,36. Es decir, los vendedores tuvieron que pagar a los compradores para deshacerse de su crudo. ¿Cómo tiene lugar este fenómeno?
"Una brecha histórica separa actualmente a los dos precios de referencia de los mercados petroleros", recuerda John Plassard, de la sociedad de inversiones Mirabaud, en una nota el martes.
El motivo proviene esencialmente de la importante producción estadounidense de crudo, en especial de esquisto, y de la constitución de enormes reservas en la terminal de Cushing (Oklahoma), que se desbordan ante la brutal ralentización de la economía estadounidense debido a la epidemia de coronavirus.
Los vendedores de petróleo no solo no encuentran compradores, sino que apenas logran almacenar el excedente, de ahí el desplome del lunes. El precio "negativo" exige adentrarse en los mecanismos, bastante técnicos, del mercado petrolero, desconocidos a menudo para el gran público.
Mecanismos de mercado
El mercado del petróleo es lo que se conoce como un mercado "de futuros": los precios se negocian con varias semanas de antelación en función de las fechas de entrega fijadas. Es decir, se negocian menos barriles físicos que contratos de petróleo en sí. Este mecanismo, concebido al principio como una garantía frente a las fluctuaciones de precios, se convirtió en materia de especulación.
Los precios del petróleo entraron en una espiral descendente, después de que Arabia Saudita decidiera abrir las compuertas de su producción en un pulso con Moscú. Desde entonces, un acuerdo para reducir la producción no ha logrado detenerla, mientras la recesión económica mundial provoca una caída del consumo.
Con los aviones en tierra, las fábricas funcionando a medio gas o los coches aparcados en los garajes, la demanda se ha hundido ciertamente por un tiempo.